sábado, 23 de agosto de 2008

Basta de quejas

A mí me gusta ser mujer, decía la canción. El amor tiene cara de mujer, era el título de una novela...Y con tanta cosa de género, con tanta referencia a la necesidad de ganar más derechos y más terreno, con día incluido para festejar y todo, nunca es suficiente...
Siempre hay algo para quejarse.... Hoy se puede elegir, trabajar, estudiar, tener hijos, no tenerlos, ser virgen o promiscua, liberal o recatada, Susanita o Mafalda. ¿¿¿¿Quién te va a privar???

Hemos recorrido un largo camino muchachas, y sin embargo, hay algo que no deja de ser una clásica: LA QUEJA. Las mujeres vivimos quejándonos, sufriendo, escribiendo o consumiendo artículos que tienen que ver con cómo superar el desengaño amoroso, cómo olvidar al que nos dejó, cómo salir adelante, cómo hacer el duelo de la separación, cómo no dejarse engañar una vez más, etc. ¿Vale la pena? ¿Es ese el único rasgo de femeneidad que podemos ostentar, acaso? Me preguntaba ésto mientras miraba a Yelena Isinbayeva- que quebraba su propio record de salto en altura- Esa seguro que no se queja, se concentra, se pinta las uñas de negro, recita unas oraciones y le da para adelante... Insuperable, no da más que para ser admirada, y por lo tanto, tomada de ejemplo para otras cuestiones que distan de ser una competencia olímpica. Pero por qué no analizar de qué manera se puede sortear una prueba en la vida, e intentar pasarla sin la clásica queja que nos caracteriza y sin la debilidad "femenina" que queremos mostrar para aferrarnos a lo que somos: una especie en extinción.

Y esto tiene que ver con el punto de la queja recurrente del género femenino: Dejé todo por amor y ahora me dejó. No me queda nada, me estafó, me pasa poca plata, me robó, se la gasta toda en otras y mis hijos no tienen nada, se fue y se olvidó de su familia, etc.

¿Por qué la queja en vez de la acción? Porque queda mal que una "mujercita" planteé temas económicos de frente march. ¿Por qué el reclamo histérico y lloroso en vez de una buena negociación? Porque en el fondo todavía nos sentimos sin derechos suficientes y rogamos nos repartan el pedacito que con suerte nos tocará...

Y la ves a la Yelena saltando por el aire y no te la imaginás llorando por un tipo que la dejó, ni rogándole al sponsor que le ponga un poco más de garra al próximo contrato. Habrá que contagiarse del espíritu olímpico entonces.
¿Frente a una crisis matrimonial, qué es lo que hay que hacer?.Sentarse a negociar. Después si querés seguí leyendo consejos de amor. La planificación financiera de la vida después del divorcio es esencial.

Esto deberá incluir: La protección del patrimonio común( se debe evaluar qué es más beneficioso financieramente a la hora de pedir la partición de un propiedad en común, por ejemplo) Se deberá analizar qué impacto tendrán las deudas contraídas a la hora de separarse(por ejemplo si la propiedad está hipotecada) Cuánto hay de valor real y cuánto de afectivo para no quebrar la negociación de la repartición de bienes(sobre todo en objetos de arte o en propiedades cuyas expensas después no se podrán pagar) Cuáles son los recursos con los que seguirá viviendo cada uno de los integrantes de la pareja.

Fuentes de ingreso y valoración de como arbitrar los medios razonables para que se mantenga el nivel de vida histórico Evitar ser la víctima financiera del divorcio (Obtener toda la documentación posible: Contratos, certificados de depósitos bancarios, constancias de inversiones, seguros, participación en fideicomisos, y toda la información en general que en caso de conflicto determine el nivel de ingresos y consumo habitual del grupo familiar.
Elaborar un presupuesto realista para la fijación de alimentos tanto para los casos optimistas o exageradamente pesimistas. Muchas veces no se quiere renunciar ni al personal trainer, y ese tipo de gestos trae complicaciones a la hora de sentarse a negociar.

Obviamente, cuando las papas queman, es muy idealista y tirado de los pelos pensar en una situación de negociación armónica, y sin embargo, a la larga, con menos lloriqueo, queja y reclamo un buen planificador de la quiebra matrimonial, se evitan frustraciones y resentimientos a futuro. Todo lo que se negocia es más beneficioso para el grupo familiar, y cuanto menos suplique y se queje una mujer, menos "estafados" o "despachados" se sentirán los dos, y por supuesto más interesados aún en esa cosa misteriosa que es el amor...

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